Idanha, mi paraíso…
Idanha es mágica,
es mi ventada para el futuro que siempre me transporta para otros mundos y lógicas
de vida.
Ahora en la
primavera, siempre me despierto temprano, salgo de casa y voy al gimnasio o
entonces dar una corrida y son impresionantes los hogares que he descubierto.
Sitios donde siempre me quedo un poco para mirarlos, locales maravillosos que
me hacen suspirar y pensar en lo que quiero de mi vida.
El chirlear
de los pajaritos, las personas paseando sus perros y dando gargajeadas por
verlos felices, el sonido del viento por entre las árboles y toda la belleza
natural, hacen con que sea el sitio perfecto para vivir.
En Idanha,
todas las prácticas son saludables. No hay polución, no hay cuestiones políticas,
no hay guerras, no existe aquella correría desenfrenada de horarios a cumplir
donde siempre todos están retrasados. No hay este estrés, esta euforia que mata
poco a poco. En Idanha, hay tiempo para todo. Tiempo para estar con los amigos,
para estudiar, para comer, para trabajar y lo más importante, para respirar.
Haber decidido
venir estudiar para Idanha fue la decisión más inteligente que he tomado, hasta
ahora. Cuando era adolecente
y como todos, cometí mis errores y algunas malas decisiones que me robaron
tiempo y se aún que poco, puedo decirlo, dinero. Felizmente, la vida me ha
traído aquí.
Esta tierra
tiene algo muy especial; con sus planicies verdes e infinitas, con sus múltiplos
colores naturales, con sus flores de todo tipo y sus gentes, Idanha me transmite
una paz interior que aún no había sentido antes.
Me hace piel
de gallina caminar por todas las llanuras y respirar el aire puro. Me siento suertuda
por todos los días poder abrir las persianas, mirar al sol brillando y escuchar
toda una vida que aún está por venir.
Un día, tendré que despedirme y será difícil hacerlo
pues hice amigas, tuve experiencias que me abrieron los ojos para un mundo
lleno de alegrías y melancolías que, merecen ser vividas y superadas y conocí a
personas extraordinarias. ¡Por todo eso, mereció la pena! Me hice mujer aquí.
Nuestro hogar siempre será en dónde nos sentimos en casa, ?verdad?
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