martes, 14 de mayo de 2013






Idanha, mi paraíso…

Idanha es mágica, es mi ventada para el futuro que siempre me transporta para otros mundos y lógicas de vida.
Ahora en la primavera, siempre me despierto temprano, salgo de casa y voy al gimnasio o entonces dar una corrida y son impresionantes los hogares que he descubierto. Sitios donde siempre me quedo un poco para mirarlos, locales maravillosos que me hacen suspirar y pensar en lo que quiero de mi vida.
El chirlear de los pajaritos, las personas paseando sus perros y dando gargajeadas por verlos felices, el sonido del viento por entre las árboles y toda la belleza natural, hacen con que sea el sitio perfecto para vivir.
En Idanha, todas las prácticas son saludables. No hay polución, no hay cuestiones políticas, no hay guerras, no existe aquella correría desenfrenada de horarios a cumplir donde siempre todos están retrasados. No hay este estrés, esta euforia que mata poco a poco. En Idanha, hay tiempo para todo. Tiempo para estar con los amigos, para estudiar, para comer, para trabajar y lo más importante, para respirar.
Haber decidido venir estudiar para Idanha fue la decisión más inteligente que he tomado, hasta ahora. Cuando era adolecente y como todos, cometí mis errores y algunas malas decisiones que me robaron tiempo y se aún que poco, puedo decirlo, dinero. Felizmente, la vida me ha traído aquí.
Esta tierra tiene algo muy especial; con sus planicies verdes e infinitas, con sus múltiplos colores naturales, con sus flores de todo tipo y sus gentes, Idanha me transmite una paz interior que aún no había sentido antes.
Me hace piel de gallina caminar por todas las llanuras y respirar el aire puro. Me siento suertuda por todos los días poder abrir las persianas, mirar al sol brillando y escuchar toda una vida que aún está por venir.
Un día, tendré que despedirme y será difícil hacerlo pues hice amigas, tuve experiencias que me abrieron los ojos para un mundo lleno de alegrías y melancolías que, merecen ser vividas y superadas y conocí a personas extraordinarias. ¡Por todo eso, mereció la pena! Me hice mujer aquí.


1 comentario:

  1. Nuestro hogar siempre será en dónde nos sentimos en casa, ?verdad?

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