Un evento, bueno me
acuerdo en dos segunditos de donde estuvo en la semana pasada. En Lisboa, más
concretamente, en el Castillo de S. Jorge. Ahí, desde el año 2000 y por diez
años consecutivos hubo un evento que movió a mucha
gente a una de las zonas históricas de la capital de Portugal. Desde atletas de
todo el mundo como decenas de periodistas, televisiones y mucha gente para
asistir en vivo a la bajada desde el castillo hasta abajo en bicicleta. Esta
modalidad deportiva se llama DownHill Urbano, y urbano porque es practicada en
el corazón de la ciudad. Nació en Lisboa con este evento una nueva modalidad
deportiva.
La organización del evento
Lisboa DownTown siente orgullo cuando se habla de los beneficios que el evento
trajo a la ciudad. Hace más de diez años que se organiza este evento. Todos los
años participan los mejores atletas representantes de diez países diferentes de
los cinco continentes, que pusieron Lisboa y Alfama famosas por todo el mundo como
siendo la capital mundial de este deporte.
Hasta 2010 se hicieron
3780 bajadas con apenas ¡un brazo roto!
Me acuerdo de cuando era
niña me gustaba mucho andar en bicicleta mucho más que en autobús. Podría andar
en autobús gratuitamente, pero prefería regalar a un
amigo mío con la viñeta que me daban en la escuela e irme en bicicleta para la
escuela. Para ir y volver eran cerca de siete quilómetros y por veces iba a
casa para comer. Después de terminar las clases, todavía iba con mis amigos
para una zona donde se construían habitaciones y aprovechábamos las piedras
grandes dejadas por ahí, los huecos, las escaleras aún por finalizar, los
esqueletos de los edificios para hacer más o menos como lo hacen los atletas en
esta prueba. Nosotros caíamos muchas y muchas veces, estropeábamos las
bicicletas, destrozábamos muchos neumáticos, pero andar en bicicleta y pensar que éramos como estos campeones
nos hacía muy felices.
Lo peor es que desde hace
dos años no se realiza este evento porque la organización no tiene condiciones
financieras para hacerlo. Este evento es de una enorme responsabilidad y a
pesar de contar con patrocinadores como el ayuntamiento de Lisboa, no es
suficiente para cubrir los gastos.
Ya he visto yo algunas pruebas de esta modalidad pero esa que comentas de Lisboa, tiene -de hecho- un no sé qué especial...
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