Una experiencia en Barcelona
Hace un año, después de conducir muchos kilómetros, venidos de Francia y
habido aprovechado para visitar Andorra, decidimos parar en una localidad de
Barcelona para descansar. Al final del día, ya por la noche, buscamos un
hostal, un hotel un lugar para dormir algunas horas. No fue fácil, preguntando
aquí y allí, las puertas que se abrían pronto se cerraban. O porque no había
habitaciones disponibles o porque la persona responsable no estaba, la verdad
es que después de una hora aún estábamos en la calle con hambre, cansados y sin
un lugar para descansar.
Mas una tentativa en un café y allá,
finalmente, una buena persona nos ayudo. Era un joven muy simpático que,
después de contarle lo que ya habíamos procurado, buscado y intentado, nos dice
que era normal las personas no aceptaren personas extranjeras, tenían
miedo. Entro en nuestro carro y nos
acompaño hasta un hotel.
Se despidió y salió caminando sin aceptar
un café o una caña, ni mismo el dinero para un taxi.
Mientras todo, es bueno saber que en
todos los lugares hay buenas personas.
De hecho, siempre nos podemos topar con gente buena en todas partes...
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