sábado, 6 de abril de 2013


Una experiencia en Barcelona
Hace un año, después de conducir  muchos kilómetros, venidos de Francia y habido aprovechado para visitar Andorra, decidimos parar en una localidad de Barcelona para descansar. Al final del día, ya por la noche, buscamos un hostal, un hotel un lugar para dormir algunas horas. No fue fácil, preguntando aquí y allí, las puertas que se abrían pronto se cerraban. O porque no había habitaciones disponibles o porque la persona responsable no estaba, la verdad es que después de una hora aún estábamos en la calle con hambre, cansados y sin un lugar para descansar.
 Mas una tentativa en un café y allá, finalmente, una buena persona nos ayudo. Era un joven muy simpático que, después de contarle lo que ya habíamos procurado, buscado y intentado, nos dice que era normal las personas no aceptaren personas extranjeras, tenían miedo.   Entro en nuestro carro y nos acompaño hasta un hotel.
Se despidió y salió caminando sin aceptar un café o una caña, ni mismo el dinero para un taxi.
Mientras todo, es bueno saber que en todos los lugares hay buenas personas.

1 comentario:

  1. De hecho, siempre nos podemos topar con gente buena en todas partes...

    ResponderEliminar