domingo, 16 de junio de 2013

Condición Tipo 1


Si te gusta a alguien, no la dejes huir. Amar a alguien y sentirse amado, es quizá de lo más verdadero y puro que podemos tener en la vida.
Mis padres me han enseñado que una relación entre un hombre y una mujer debe ser simbiótica, verdadera y duradera.  Si con ellos, esta afirmación se comprueba, ¿por qué cada vez más hoy en día, es tan difícil conseguirlo?
Tal vez por haber vivido con ellos esta realidad, siempre la proyecté como una certeza en mi futuro.
Yo no me identifico con esta generación que no acredita en almas gemelas, pues, solo piensan en pasar su tiempo precioso sexualmente, con un montón de personas desconocidas, como si fueran reciclables o entonces, bebiendo como locos, si porque el mundo puede terminar mañana, entonces ¡hay que aprovechar!
Generación de perezosos, deshonestos y egoístas. Tan egoístas al punto de no saber que si quieren recibir, tendrán que dar también. Quizá sea por eso que compartir dos vidas en lo mismo espacio, no esté dando frutos y cada vez más, se cambie de novio(a).
¿Si no cambio por quién me quiere, por quien voy a cambiar? Aprendí que tengo que adaptarme a quien más quiero en el mundo para ser feliz.
En una sociedad tan moderna como la nuestra, me pregunto si habrá alguien dispuesto a abdicar de algo por otra persona. Esta sociedad de egoístas intrínsecos con autoestimas enormes, de vidas con un constante entrar y salir de personas para intentar desesperadamente combatir este sentimiento de solitud que nunca les va a desaparecer. Si intentan combatirla, tienen que buscar un puerto de abrigo. La solitud desaparecerá en el momento en que se encuentren, que definan un objetivo y sin duda, por ahí habrá una persona.  
Soy feliz y sé exactamente lo que quiero. Si mantengo esta relación amorosa que me haz sentir completa, aún iré a tiempo de las bodas de oro. ¿Habrá mejor camino que este?

1 comentario:

  1. De hecho, nuestra sociedad nos permite trazar distintos caminos... ahora, eso sí, nos cabe a nosotros elegir el que más nos conviene y, cómo no, el que mejor nos siente...

    ResponderEliminar